Padrones abultados con afiliados o afiliadas que no se afiliaron, con muertos, muertas o fantasmas. El escándalo que salpica ahora, de nuevo, al Partido Colorado, respecto a su padrón, no es nuevo. Todos se lavan las manos. La legislación deja una ventana abierta para que esto continúe.
Asunción – 20Medios – 20/Noviembre/2012 – ANÁLISIS Y OPINIÓN
Por Richard E. Ferreira Candia – @RFerreiraC
Si no se afilió a ningún partido por desinterés o simplemente porque no encontró que alguno de ellos embandere su forma de pensar, no se preocupe. Probablemente ya esté afiliado o afiliada a algún partido político, aunque no lo haya pedido. Alguien se ocupó por usted, le afilió sin su permiso, con todos tus datos, y pasó sin saberlo a formar parte del englobado padrón de alguna agrupación partidaria.
La historia que saltó en los últimos días con famosos y ciudadanos no conocidos que figuran en el padrón del Partido Colorado, no es nueva. El problema viene de años. En la época de la dictadura stronista (1954-1989) figurar en el padrón del entonces partido de gobierno era una obligación, para trabajar en un ente público o para obtener algún beneficio de parte del Estado. Y como era nomás luego obligatorio, para muchos no era un problema que lo hagan figurar sin estar de acuerdo e incluso sin saberlo.
Llegada la democracia, en 1989, una de las primeras preocupaciones de los partidos políticos de la oposición fue sanear el entonces Registro Cívico Nacional. Y luego los padrones partidarios, apuntando sobre todo al del Partido Colorado.
Ya en la década del 90 aparecieron los primeros casos de gente que reclamaba estar en un padrón partidario sin haberlo solicitado. La explicación fue simple: “Estabas nomás luego”. Algunos lograron salirse, algunos no, y muchos otros ni se preocuparon.
Siguió el problema después del 2000, cuando se suponía que los partidos empezaron a sanear sus padrones de los fantasmas. No fue así y el problema, el vicio, continúa en esta nueva década.
El problema está en la propia legislación electoral – creada y ajustada a sus intereses por los propios partidos políticos- La legislación deja abierta la ventana para que cualquiera sea víctima de una usurpación de identidad, primero, y tenga, después, un calvario para intentar lograr salir de un padrón.
Todos se lavan las manos, y no hay responsables de la violación. Ni los partidos políticos, ni la Justicia Electoral aceptan una responsabilidad en esta irregularidad. Y se lavan las manos incluso hasta con argumentos, porque el problema está en la propia legislación que no establece mecanismos que imposibiliten que uno sea registrado sin consentimiento, y tampoco se habla de un castigo a los responsables de un hecho de esta naturaleza.
La respuesta de los partidos es: «No podemos verificar quiénes se afilian». La respuesta de la Justicia Electoral es: «Nosotros no podemos intervenir».
Veamos. Preguntemos: ¿Cuántas carpetas fiscales existen para investigar y castigar a los responsables de este hecho? Exacto. Tiene razón: Ninguna. Es que no hay claridad y menos aún interés por frenar esto.
Si uno o una descubre que está en un padrón sin haberlo solicitado, la respuesta siempre será la misma: “Señor, señora, usted, y solo usted, y nadie más, con su propia firma y gestión, debe solicitar al partido al que no está afiliado que eliminen su nombre del padrón”.
Es decir. Ya figura en el padrón si haberlo solicitado y, además, para salir, usted debe ocuparse de pedir que le quiten y luego hacer el seguimiento para que se cumpla. Si tiene suerte, le sacarán del padrón, luego de algunos trámites. Si no, debe que recurrir a un Habeas Data para intentar lograr su desafiliación. Mientras tanto, seguirá como afiliado o afiliada del partido que le inscribió sin su permiso.
¿A quién culpar? Y… a quién le inscribió en el padrón. ¿Quién fue? Y bueno, es poco probable que se sepa, ya que el propio organismo electoral que debe encargarse de velar por los temas electorales, según entiende, está atado de manos. Y es poco probable, también, que los partidos responsabilicen a sus operadores políticos.
Este es el argumento de la Justicia Electoral para no tomar cartas en el asunto: “La Justicia Electoral deja en claro que las afiliaciones y los padrones partidarios son de exclusivo manejo de los partidos políticos. La única participación del máximo organismo electoral del país es la de certificar dichos padrones”.
En una publicación en su sitio, la Justicia Electoral aclara: “El procedimiento de certificación consiste, en una primera parte, en el cruzamiento de datos para excluir a los ciudadanos fallecidos, las personas que tengan interdictos o condenas judiciales, policías y militares en servicio activo que figuran en los Padrones partidarios, éstos son devueltos a los Tribunales partidarios correspondientes para su depuración. En un segundo corte, se vuelven a cotejar los datos con los del Registro Cívico Permanente para verificar quienes están inscriptos, posteriormente la Dirección de Registro Electoral certifica los Padrones y corre a cuenta de los Partidos Políticos la exclusión de las personas con doble o triple afiliación”.
No se canse. Hay más explicación, y aquí está algo de lo que estamos hablando: “La Justicia Electoral mantiene firme su postura de respaldar y salvaguardar la autonomía de las agrupaciones políticas, que son los únicos encargados y responsables de depurar permanentemente sus padrones como se menciona en el Código Electoral, a partir del Artículo 51”. Listo. Ya está explicado. La pelota está en cancha de los partidos.
Y para entender más de qué habla la Justicia Electoral aquí publicamos lo que señala el artículo 51 del Código Electoral: «Los Partidos políticos están obligados a llevar el registro actualizado de sus afiliados, por su localidad. Mantendrán los Padrones actualizados de sus afiliados preparados en base a tales registros. La Justicia Electoral podrá verificar, a pedido de parte, el cumplimiento de esta obligación«.
Quedó claro, ¿no? Los que manejan como se les cante sus padrones son los partidos políticos. Y claro, irónicamente creemos firmemente que están muy preocupados por desafiliar a sus “afiliados”.
Si por esas cosas de la vida usted figura en algún padrón partidario sin haberlo solicitado, pida que le quiten, está en su derecho. Ah…. pero no se preocupe, porque para las próximas elecciones de seguro de nuevo estará afiliado o afiliada. Yo, por suerte, no estoy afiliado a ningún partido, por ahora.
**
Excelente retorno colega! El tema por demás actualísimo de cara a las próximas elecciones generales en nuestro país…! Adelante!